Mis primeros pasos

Yo perseguía el arte, y el arte me perseguía a mí. Pero algo hizo que mi primera inclinación fuera a la psicología. Quería entender que pasaba en el interior de nosotros. Por qué tenía yo tantos sueños raros, con seres extraños que tal vez se habían escapado de algún cuento de hadas. Pero el destino le depara a uno a veces lo inesperado. La carrera que estudie fue Historia del Arte. Y hasta el día de hoy, doy gracias a Dios porque así fuera. Esos cinco años de descubrimiento y fascinación fueron espectaculares. La Arquitectura Colonial era mi interés primordial por ese entonces, y a ella dedique todos esos años de investigación, entre papeles y planos antiguos de la ciudad de Santiago de Cuba.

Una vez graduada todo dio un vuelco total. En la Televisión Serrana fue donde comenzó mi vida laboral. Un entorno que para mí era casi totalmente desconocido. No estoy loca si digo que me enamore del lugar; y no es para menos: rodeada de las montañas, el arrullo del rio, el aroma de jazmín, y el sabroso café acabado de tostar y pilar. Toda esa magia empezó a cautivarme, y comenzaron a flotar ideas, personajes y otros elementos que podrían ser parte de historias interesantes. Necesitaba buenos temas que pudieran devenir en documentales, y explotar al máximo mi oportunidad de crear y adentrarme en este mundo fascinante que hasta hoy amo y respeto.

Agenda en mano y algo con que escribir, me iba casi todos los días desde bien temprano a ver el amanecer desde distintos puntos, y a conocer gente. Me gustaba ver como hacían para recoger el café, ponerlo a secar y luego almacenarlo. El hecho de oír los cencerros de las arrias de mulos que iban para los sembradíos a cargar, o que venían de las montañas ya con la carga a cuesta, era espectacular. El humo que salía por el techo de guano de las cocinas de las casas, que indicaba que la mujer estaba ahí haciendo algo. Y algunos que otros chiquillos retozones haciéndose maldades, bañándose en el río, o subidos en los arboles comiéndose alguna fruta. Todas estas cosas que para mi eran tan pintorescas, para ellos era su más cotidiano ambiente.

En esta vorágine de imágenes hice mis primeros trabajos. Estos tuvieron una calidad de principiante y estilo de reportaje. Sin embargo yo sentía la necesidad de querer decir muchas cosas. Realizar mi primer video "Como en Casa" no escapo de ello. Fue un intento de mostrar la relación estrecha entre dos excelentes proyectos comunitarios: Teatro Los Elementos y Televisión Serrana. Dos grupos que comparten un objetivo común: interactuar con los campesinos, sin invadirlos y sin robarles su esencia. Compartir con José Oriol González (director de este grupo de teatro) fue maravilloso, no solo porque es un hombre inteligente y profundo, sino porque también él es espiritualidad en su esencia.

Fue así que di mi primer paso al que seguirían otros, más elaborados y profundos. Se apoderaba de mí una fuerza enorme que tendría que sacar a la luz de alguna manera. Estaba simplemente en el lugar correcto, y en el tiempo indicado para dar rienda suelta a la imaginación, y volar con ella hasta donde me fuera posible. Y volé.

Hasta hoy sigo volando, estar en tierra mucho tiempo es aburrido, estresante y tormentoso. A veces escribo, a veces elaboro ideas, y otras me encuentro entre mi ojo y mi boca, entre la oreja y mi mano. Haciendo realidad mi deseo repartir mis sueños en las palabras que no se llevará el viento, al menos por esta vez. Este espacio será el lugar perfecto para descargar mi furia y hacer una especie de aterrizaje compartido con todo el que desee llegarse hasta aquí.